sábado, 5 de enero de 2013

el día que acabó el mundo

Hoy era el día en el que tenía que hacer la última cosa por salvar este mundo, y no lo hice, debía intentar conectar los cables de nuevo, intentar que fluyera la energía por todos los sitios y volver a hacer que girara... Pero no lo hice, simplemente dejé de sentir, dejé de pensar, dejé de reír... Y explotó todo. Las últimas esperanzas se desvanecieron con los fuegos a lo lejos, y escapé como pude en una pequeña barca que se tambaleaba demasiado y sólo me hacía dudar más...



Nada sale como uno quiere que salga, eso está claro, y la vida a veces te da situaciones que no eres capaz de sostener, de gobernar, de saber llevar, y ésta es una de ellas, y lo acepto. No sé cómo diablos hacerlo, no lo sé, y por más que lo he intentando no me dejo a mí mismo hacerlo, y lo siento, lo siento mucho.

Todo en la vida pasa por una razón, y tal vez esté esperándome a la vuelta de la esquina y sea una oportunidad increíble, o tal vez no, tal vez no tenga que ser ahora y sí dentro de 5 años, pero yo ahora mismo, con mis armas, no sé cómo diantres salvar el mundo.

Y donde duele inspira, éso es cierto, y es lo que más hace, doler, así que las palabras salen solas, sin querer casi. Yo "no sé escribir, sólo me quito la armadura"... y así es.

Siempre ronda un pensamiento por esta cabeza, y es por qué no me puedo parecer en algunas cosas al resto de la gente, por qué no puedo conformarme, por qué siempre tengo que buscar detrás de la siguiente puerta, por qué? No lo entiendo. No me entiendo, y lo que es peor, no me conozco.

Dejo ésto por unos días, cambio de aires, me voy a otro sitio a seguir con lo mismo... pruebas y más pruebas.

De todas las frases del mundo tuvo que usar la de mi amigo, y de todos los momentos del mundo para romperse el mando y tener que arreglarlo, tuvo que ser éste.




Empezando de cero... [o de -1500].

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