Llevo un par de meses de noticias de vidas pasadas algo peculiares, lo bueno, que ya no me importa nada de éso.
Hoy me he enamorado de una pequeña diablilla con rizos que me llamaba Manuelín...
Y a día de hoy, sigo con la misma jodida sensación cada vez que me pasa algo de ésto...
Empiezo a comprender como va el juego, y como fue en su día. La misma historia, repetida, años más tarde, sólo alguien que guarda algo es capaz de hacerlo. Todo el mundo sabe, de hecho, pero algunos preferimos no hacerlo. Cuestión de principios, de buen gusto, de "saber hacer", de lo que sea.
Ayer me fui a la cama pensando si realmente merecería la pena todo este largo viaje por el desierto, tanto pesimismo en mis batallas no me hace bien. No sé, tal vez debería dejar de luchar e intentar dejar que las cosas fluyan, y cuando tenga que salir, que lo haga. No tengo prisa, ni necesito demostrar nada, a nadie, ni a mí. Lo tengo claro.
Voy a empezar a escribir reformulando cada frase para que diga lo que quiero decir, sin tener miedo, a que no sea lo que quiero.
Voy a empezar a dejar de pensar, y voy a empezar a sentir, y si siento que me apetece escribir algo, hacerlo, yo no soy el culpable, por duras que puedan llegar a ser mis palabras. Aunque tal vez éso, me convirtiera en algo que no me gusta.
Cada día más lejos del equilibrio...
Un bonito personaje de mi vida dijo una vez:
Empiezo a comprender como va el juego, y como fue en su día. La misma historia, repetida, años más tarde, sólo alguien que guarda algo es capaz de hacerlo. Todo el mundo sabe, de hecho, pero algunos preferimos no hacerlo. Cuestión de principios, de buen gusto, de "saber hacer", de lo que sea.
Ayer me fui a la cama pensando si realmente merecería la pena todo este largo viaje por el desierto, tanto pesimismo en mis batallas no me hace bien. No sé, tal vez debería dejar de luchar e intentar dejar que las cosas fluyan, y cuando tenga que salir, que lo haga. No tengo prisa, ni necesito demostrar nada, a nadie, ni a mí. Lo tengo claro.
Voy a empezar a escribir reformulando cada frase para que diga lo que quiero decir, sin tener miedo, a que no sea lo que quiero.
Voy a empezar a dejar de pensar, y voy a empezar a sentir, y si siento que me apetece escribir algo, hacerlo, yo no soy el culpable, por duras que puedan llegar a ser mis palabras. Aunque tal vez éso, me convirtiera en algo que no me gusta.
Cada día más lejos del equilibrio...
Un bonito personaje de mi vida dijo una vez:
"y cuando todo se convierte en un sinsentido, sólo nos queda
sentir, sentir, sentir."
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