lunes, 30 de septiembre de 2013

Si corres como un rayo, te estrellarás como un trueno!


Ésto es así. Ya se lo dijeron en esta película a mi actor favorito.

Y así ha sido...

Vivir deprisa me gusta, desde siempre, pero tiene sus riesgos.

Mientras todo quede en anécdotas que contar a los nietos...

Todo estará bien.

Ojalá el destino tenga reservado para mí un bonito final, o tal vez uno en el que me sienta cómodo, en el que me sienta yo, y piense que estoy ocupando mi lugar en el mundo. Al fin y al cabo, es lo único que me importa.

Mi lengua a veces sale de su enajenamiento voluntario para hablar más de la cuenta, y siempre suele ser con mi mano izquierda, uno de mis hermanos. Él me comprende y me ayuda, y me hace entender algo que yo mismo le digo, pero que no me lo creo del todo. Pero siempre está ahí, más que casi nadie, en mis idas y mis venidas y enriqueciendo mi vida. Le quiero. La amistad es un pilar fundamental en mi vida, y con personas como él, sé que no lo estoy haciendo nada mal.

Llevaba unos días de extraña euforia, una felicidad intrínseca que sin venir a cuento, me estaba alegrando la vida de una manera extraña... Salía de lo más profundo de mí, y me recordaba que el amor a la vida no puede cesar en ningún momento. Me decía que tengo más de lo que necesito, que he tenido [y tengo] una vida increíble, he sido muy feliz en el pasado, y he de serlo igual o más en el futuro. Tengo todo lo necesario para triunfar, y no me refiero a hacerme rico o algo así, no. Para mí triunfar será acabar mi historia, hacer todo lo que tengo que hacer, cuando lo tengo que hacer, y disfrutar de ello.

De momento, todo sigue en standby, no me apetece acercarme ni que se acerquen. No me quiero exponer a nadie, soy intocable, mi coraza está erguida junto conmigo para no dejar pasar ni un rayo de sol, sólo hay una persona que tiene la llave para quitarla, y no puedo permitirme que lo haga, no quiero volver al principio. No puedo. Esta travesía que he empezado por el desierto es mi mayor empresa, nunca había hecho algo tan difícil, ni nada me había costado tanto. Sigo en el mismo sitio en muchas cosas, pero estoy a kilómetros en otras. La vida cambia a cada instante y no se detiene por nadie, ni si quiera por mí...

Aquí sigo, en mi exilio voluntario y doloroso, a veces, pero lleno de risas y magia en otras, volviendo a intentar ser yo mismo una vez más, y ya no recuerdo cuántas van... sólo sé, que lo volveré a volver a intentar las veces que haga falta, porque dentro mía, dejando a un lado mis demonios, tengo claro que hay alguien increíble que está deseando salir a comerse el mundo y a que le conozcan...

Pronto...

En sus mejores días...

Podrán verle pasar por encima de sus cabezas...

O, mejor aún, acompañarle en su vuelo...

Ikaro está preparando sus alas...

Y está deseoso de poder usarlas!

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